Manteigas

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Acerca de
Manteigas

Desde las aguas glaciales (si no heladas) de la cascada Poço do Inferno hasta los bucólicos paisajes anaranjados de Faias de São Lourenço, Manteigas “vale la pena por naturaleza”. El lema encaja perfectamente con el pueblo, con su ubicación (está plantado en el valle del Glaciar Zêzere) y con el patrimonio medioambiental (de hecho, este es su mayor activo) de Aldeia de Montanha. Sí, Manteigas merece la pena por su naturaleza –y por su cultura y sabores, por cierto.
No hace falta mencionar las leyendas de escapadas moriscas encantadas (recurrentes en la región), como la de la manteiguana Alfátima, para convocar el poder encantador de los paisajes de Manteigas, corazón de la Serra da Estrela. Cascadas y saltos de agua como el Poço do Inferno (10 metros de agua en caída libre, que se congela en los días más duros del invierno) y Fonte Paulo Luís Martins (un prolífico manantial natural, a 1300 metros sobre el nivel del mar) muestran cómo el precioso líquido marca la vida. de la Tierra – que también tiene una tradición termal. El paisaje forestal que rodea Manteigas (y en particular los bosques de frondosas que cobran nueva vida en otoño, con las hojas caídas creando una alfombra anaranjada, que contrasta con el verdor circundante) y Covão d'Ametade (con el río Zêzere, que nace cerca, discurriendo un marco de abedules) demuestra que se trata de una región bendecida por la madre naturaleza.
Además, hay una cultura que se materializa en Burel, un tejido que cuenta una historia que tan bien se teje en este pueblo. Una historia de pastores, emprendedores y ovejas de la Serra da Estrela. Conocer Manteigas es también oler la lana cardada y escuchar el sonido de los telares, es visitar las fábricas del pueblo y darse cuenta de que Burel es más que un tejido, es un patrimonio y una marca de la comarca y del país.
Pero Manteigas también tiene "boca a boca" por sus sabores –como las feijocas que recientemente dieron vida a un delicioso pastelito, el caldudo (caldo de castañas secas), la trucha de Zêzere y el tradicional queso de la Serra da Estrela– para probar la próxima visita.
Al fin y al cabo, Manteigas vale más que la naturaleza.


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